Visita al Palacio del Fomento
Dentro de la programación de actividades de tipo cultural que está llevando a cabo la A.E.P.T., se enmarca la visita que el pasado viernes 4 de julio se efectuó al palacio de Fomento actual sede del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente sito en el Paseo de Infanta Isabel número 1.
Levantado en parte de los terrenos del llamado Huerto del Botánico el proyecto original fue firmado por el arquitecto don Mariano Belmás y Estrada a finales del año 1881 d.C. estando destinado a acoger la futura sede de la Escuela de Artes y Oficios, no obstante los avatares políticos hacen que en el año 1885 d.C. se publique una Real Orden por la que se cambia el destino del edificio, ahora acogerá la Facultad de Ciencias, encomendándose las obras a don Eduardo Saavedra y Moragas, ingeniero y reputado arqueólogo, a él se debe el descubrimiento de las ruinas de Numancia.
No obstante y ante la necesidad de dotar de un edificio al Ministerio de Fomento acorde con su importancia, hasta esa fecha ocupaba el antiguo Convento de la Trinidad en la calle de Atocha, hicieron cambiar ese su inicial destino pasando a encargarse del proyecto el arquitecto don Ricardo Velásquez Bosco, quien, gracias a un portal espacio-temporal existente en el edificio y reencarnado por arte de la teatralización, nos va a servir de guía en nuestro recorrido por el mismo, junto a una aventajada alumna, doña Elisa, cuyo apellido desconocemos.
Sus acerados comentarios sobre la situación social de España en los años finales de ese, en muchos aspectos, aciago siglo XIX d.C. serán un perfecto contrapunto de la visita a las explicaciones técnicas.
El recorrido se inicia en la majestuosa escalera imperial para continuar por las dependencias destinadas al ministro de turno, curioso el ascensor destinado a su uso privado, la gran sala de juntas, llamada de los micrófonos, presidida por un magnífico tapiz “Ciro salvando a Creso de la hoguera” propiedad del Museo del Prado, el despacho del propio ministro, o el del subsecretario así como una recoleta saleta de reuniones en las que se exhibe, entre otros objetos de interés, un conjunto de maquetas de buques.
El recorrido continúa por la galería que circunda uno de los lucernarios en la que se han ubicado los retratos o fotografías de las personas que han tenido relación directa con este edificio desde don Juan Álvarez Mendizábal o el marqués de Salamanca, hasta su último inquilino cesado, don Miguel Arias Cañete, ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, pasando aquellos que han ocupado el cargo ministerial a lo largo de los años incluidos los azarosos de la Guerra Civil en los que, como en otros muchos casos, existieron dos ministros del ramo, uno por cada bando.
Desde la galería se puede contemplar uno de los dos patios de luces que inicialmente fueron habilitados como zona de trabajo que se cubre con una estructura metálica acristalada con piezas de fundición procedentes de los Altos Hornos de Vizcaya, de diseño semejante a lo que se ha denominado Eiffel y que, como nos comenta nuestro guía, fue copiado en el diseño de las marquesinas del metro parisino.
Tras descender nuevamente a la planta baja por una de las escaleras de servicio realizada a base de hierro y madera, accedemos al segundo de los lucernarios momento en que nuestra acompañante nos abandona para iniciar su soñado viaje a París, lugar donde espera poder desarrollar su arte a pesar de su condición femenina.
Mil fueron los detalles y anécdotas que en el transcurso de la visita nos fueron comentadas por nuestros acompañantes como el hecho de que las esculturas alegóricas que coronaban la fachada, originalmente talladas en mármol de Carrara, fueron sustituidas por copias en bronce debido a su deterioro, o que la magnífica decoración de la Sala de Juntas fue eliminada tras la Guerra Civil en aras de ese “espíritu castrense enemigo de todo lujo” propio del Régimen, o que tanto el edificio como la magnifica verja perimetral que lo cierra fueron declarados en el año 1989 d.C. “Bien de Interés Cultural, con categoría de monumento”, o, …….
En cualquier caso una más que interesante actividad que aconsejamos intenten realizar todos aquellos asociados que por diversos motivos no tuvieron la posibilidad de efectuar en esta ocasión.