Visita al Colegio Notarial de Madrid
Siguiendo con nuestro afán de conocer las pequeñas joyas arquitectónicas que tiene Madrid, la AEPT visitó el pasado día 20 de Mayo el Palacio de Don Manuel González-Longoria, actual sede del Colegio Notarial de Madrid, ubicado en la Calle Juan de Mena.
En esta ocasión contamos con un guía excepcional D. Antonio Pérez Sanz, notario jubilado conocedor de dicho palacio y de la historia que le rodea, y a quien queremos agradecerle desde estas líneas, su inestimable colaboración.
En 1888 el arquitecto José Marañón Gómez-Acebo proyecto la construcción de este palacio, en los terrenos del derruido Palacio del Buen Retiro, bajo la petición de Don Manuel González-Longoria, importante financiero de la época. Pero es su hijo el Marqués de la Rodriga quien le da el titulo señorial a esta casa-palacio y quien vende la propiedad al Colegio Notarial de Madrid en 1925.
Actualmente el palacio se encuentra dividido en dos áreas diferenciadas, la zona de oficinas del propio Colegio Notarial en lo que antaño fue la zona dedicada al arrendamiento de viviendas por la familia González-Longoria, y la zona propiamente señorial que hoy en día se conserva prácticamente en su totalidad, mobiliario original incluido, gracias a la reforma realizada por el arquitecto Vicente Agustí Elguero.
Nuestro guía comenzó por mostrarnos la fachada del edificio, donde particularmente llama la atención su mirador semicircular y una portada con un arco de medio punto y columnas, que servía de paso a las cocheras y cuadras. Una vez en el postportal podemos observar en el interior de la casa-palacio, dos escaleras revestidas de mármol que dan paso a la planta principal.
Continuamos nuestra visita por las diversas estancias del palacio, algunas de las cuales conservando su mobiliario original e incluso el tapizado de paredes y suelo, han sido adaptadas para el uso de los ilustres notarios como salas de reuniones y conferencias.
Pero no podemos pasar por alto algunas de las estancias más exquisitas de la casa, como por ejemplo el Salón Dorado, la salita circular o el comedor.
El Salón Dorado posee un estilo Luis XVI, con decoración un tanto barroca, en el cual destaca las pinturas murales que decoran su techo. Dichas pinturas fueron realizadas por Salvador Martínez Cubells y tienen como tema el mito de Orfeo y Eurídice, pudiéndose contemplar un estilo romántico de la época en la figura del pequeño Cupido que huye ante el fracaso del amor.
De este salón pasamos a la Salita Circular, de estilo Luis X e inspiración china, que se encuentra decorada con seda azul y escenas exóticas, que a su vez da paso al comedor de la familia, que se encuentra en contraposición de color con el resto de las estancias, siendo esta mucho más oscura debido a los paneles de nogal y teniendo como figura central una gran chimenea, todo de estilo neogótico y con unas magníficas vidrieras las cuales se rumorea que provienen de un castillo escocés por tener entre su iconografía la flor típica de aquellas tierras, el cardo.
Por último, pero no por ello menos importante pudimos contemplar el salón de actos y la biblioteca de la casa-palacio, la cual ha sido reconvertida en prolongación de las salas de conferencias, sin perder su estilo original.
Pero la visita aun nos guardaba una pequeña sorpresa, nuestro anfitrión muy amablemente nos preparó un pequeño refrigerio como broche final, donde pudimos agradecerle su atención y saber.