Escapada a Toro y Zamora. 12 y 13 de mayo de 2018
El principio:
Convocados por unos entusiastas responsables del Comité de Actividades Sociales de nuestra querida AEPT, un sábado 12 de Mayo, muy tempranito –a las 8 de la mañana– un heterogéneo y sonriente grupo de expedicionarios subimos a un excelente autobús de Confort Bus ayudado por un no menos excelente conductor, Manuel Pajares, ambos seleccionados cuidadosamente para nosotros por nuestro querido asociado Javier Orive.
El destino:
Toro fue nuestro primer destino (228 kms. aprox. 2 horas y media de camino) que pasaron volando entre presentaciones, bromas sobre el madrugón y discusiones varias sobre si efectuar una parada o no por razones “técnicas” relacionadas con el amigo Roca…como era de suponer los partidarios/as de la parada ganaron por goleada a un esforzado responsable del viaje.
El queso:
Un poco antes de llegar a Toro conocimos la Fábrica y Museo del Queso Chillón, propiedad de la familia Chillón, que desde 1890 se dedica a la elaboración de quesos. Tuvimos oportunidad de visitar el Museo, en el que destacaba el aspecto humano de la familia recogida en fotos muy sintomáticas del esfuerzo que representa crear una empresa familiar, vimos el proceso de fabricación del queso y efectuamos una degustación de sus cuatro principales variedades.
Toro
Realmente la visita guiada nos sorprendió por su grandiosidad; nuestra guía María Jesús Cabezas, congenió con nosotros desde el primer momento y supo transmitirnos que Toro era el principio de lo que iba a enseñarnos ella misma al día siguiente en Zamora, recorrimos el casco antiguo, la zona monumental desde el Alcázar, Paseo del Espolón, y nos extasiamos ante la Colegiata de Santa María la Mayor, todo esto más o menos era conocido por los expedicionarios pero para algunos fue un descubrimiento la antigua judería, y visitar alguna de las iglesias más representativas del mudéjar o románico de ladrillo como San Salvador o San Lorenzo, también vimos el Claustro del Palacio de los Condes de Requena, Reja Dorada.
Terminamos el recorrido en la Plaza Mayor con una interesante muestra de arquitectura popular. El grupo se disgregó en la plaza durante el tiempo libre para comer, algunos se inclinaron por hacer un recorrido de tapas por los muchos bares y mesones de esta ciudad, otros eligieron cómodos restaurantes donde restablecer fuerzas y puede ser, este cronista lo desconoce, que algún otro continuara visitando Toro por su cuenta, puede ser; lo que si es cierto es que nos reunimos todos sobre las 17,00 horas para ir hacia el Museo del Vino en Pagos del Rey.
Vino
Efectuamos una visita guiada del museo que resultó muy interesante porque el Museo del Vino representa la apuesta de Pagos del Rey por la difusión de la cultura historia y tradición de sus vinos.y se expone con gran atractivo los orígenes, ingenios, forma de transporte, etc. en un ambiente muy distendido, está ubicado en la antigua Cooperativa Nuestra Señora de las Viñas de Morales de Toro (Zamora).
Hacia Zamora
Finalizada la visita y muy felices de habernos conocido…quizá el vino tuviera algo que ver, tomamos el autocar con destino a Zamora (40 km.) y llegamos Hotel NH Zamora Palacio del Duero, enclavado en una parte de un convento del siglo XIV y a tan sólo unos minutos del río, el hotel era confortable y sobretodo con un servicio muy atento. Visita Nocturna de Zamora
Quedamos en el lobby del hotel a las 21:30 horas para la visita nocturna a pie por la ciudad, fue realmente una forma diferente de sentir y ver la ciudad nuestra ya querida guía Mª. Jesús nos enseñó la parte exterior de muchos monumentos que tomaban una dimensión bien distinta de la que a buen seguro iba a registrar el día siguiente, visitamos así la Plaza de la Constitución, la Iglesia de Santiago del Burgo, Palacio de los Momos, Plaza Sagasta, Balborraz, Plaza Mayor, Viriato, iglesia de La Magdalena, Mirador del Troncoso y fue emocionante contemplar las vistas de los puentes iluminados, desde fuera también observamos la Catedral y el Castillo. Muchas de las preguntas que efectuábamos a la paciente guía eran contestadas indefectiblemente por un: “eso lo vemos mañana” que ya se convirtió en la frase de la visita, realmente al día siguiente íbamos a comprender lo cierto de las palabras de Mª. Jesús porque las visitas de Zamora, perfectamente diseñadas correspondían a luces, aromas y sensaciones, bien distintas en la noche y el día.
Visita Diurna de Zamora
A las 10:30 fue la cita en el lobby del hotel para realizar la visita guiada a Zamora de día. Recorrimos a pie, con fuerzas renovadas por un merecido descanso, el casco antiguo y tuvimos una excelente panorámica de la muralla medieval, entrando por el Portillo de la Lealtad (antigua Puerta de la Traición), Catedral (interior y Museo con tapices flamencos), Puerta del Obispo, Mirador del Troncoso con una sensacional vista panorámica sobre el río Duero, iglesia de San Ildefonso, iglesia de la Magdalena, Plaza de Viriato y Plaza Mayor.
Arroz a la Zamorana
A las 14:30 horas, almorzamos en el Restaurante La Rúa con un menú de queso zamorano, pimientos rellenos de boletus pastel La Rúa de marisco y de plato fuerte el famoso arroz a la zamorana en cazuela de barro; de postre las afamadas cañas zamoranas.
De vuelta a Madrid
El regreso en autocar a Madrid (250 kms. aprox. 3 horas) fue mucho más animado incluso que el de la ida a Toro. La parte delantera del autobús se empeñó –con gracia eso sí– en no dejar dormir la siesta, provocada por el arroz a la zamorana, a los sufridos ocupantes de los asientos medios y posteriores, pero eso es así y así debe ser siempre.
Conclusión
Excelente viaje; gran grupo, que ahora ya es mucho más amigo que antes del viaje; fantástica organización.