Cambio Climático y Turismo Responsable. Informe The Ostelea

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El auge de la conciencia ambiental de la década de los sesenta proviene de la reinterpretación de un modelo político-económico que aceleraba el ritmo de agotamiento de los recursos del planeta. En las últimas décadas, la proliferación de legislación ambiental, eventos internacionales y espacios protegidos, han terminado por consolidar este paradigma en el imaginario social.

Las implicaciones de este proceso en el sistema turístico son cada vez más importantes. La reflexión y acción frente a los efectos perniciosos del turismo y la potenciación de sus beneficios pasa por su análisis sistemático y la concienciación social. Poco a poco, frente al turismo convencional y la revisión de sus impactos socioambientales, surgen formas de turismo ‘alternativo’ apoyadas en la demanda de experiencias auténticas basadas en la ‘naturaleza’ y la ‘cultura’. Estos tipos de turismo tienden a vincularse con conceptos de responsabilidad, participación o sostenibilidad, consecuentes con los valores naturales y socioculturales de los lugares donde se llevan a cabo.

Principalmente desde la década de los ochenta, las formas de turismo tradicionales comienzan a visualizarse como una actividad clave en el deterioro de los entornos en los que se desarrolla. Siguiendo la estela del Club de Roma con la publicación de Los límites del Crecimiento (1972), el célebre informe de la ONU Nuestro Futuro Común (1987) o la Carta Mundial del Turismo Sostenible (1995) y la Declaración de Djerba sobre Cambio Climático y Turismo (2003) por la Organización Mundial del Turismo (OMT), 2017 ha sido declarado por la OMT como Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo. Una propuesta de Naciones Unidas para “celebrar y promover la contribución del sector turístico a construir un mundo mejor” (OMT, 2017). La iniciativa ha sido acompañada por importantes protocolos mundiales de actuación, como la ‘Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible’ o los ‘Objetivos de Desarrollo Sostenible’ (ODS) en materia de turismo.

La OMT (2018) considera turismo sostenible a aquel que “tenga plenamente en cuenta sus impactos económicos, sociales y ambientales actuales y futuros, atendiendo a las necesidades de los visitantes, de la industria, el medioambiente y las comunidades de acogida”. Las evidencias científicas muestran el alto protagonismo del turismo como responsable del Cambio Global (cambio climático y social).

No obstante, la oferta y el consumo de tipos de turismo asociados a la sostenibilidad parece estar en auge y tendiendo a la consolidación. Los datos apuntan a la necesidad de apostar por una sostenibilidad en los destinos y una responsabilidad de los turistas dirigida hacia un desarrollo turístico patrimonialmente sostenible, socioculturalmente equitativo y económicamente rentable.

A pesar de la falta de datos disponibles sobre el turismo responsable, en este reporte se ha hecho un esfuerzo de sistematización para caracterizar la realidad del turismo desde el punto de vista de su realidad actual, sus tendencias y sus implicaciones socioambientales. Para ello se ha recurrido a fuentes científicas y de divulgación realizadas en importantes foros de investigación, así como a organismos e instituciones como la Organización Mundial del Turismo, Europarc, el Centre for Responsible Travel o el World Travel and Tourism Council, entre otros, a partir de cuyos informes se ha realizado el presente documento.

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