Visita al Palacio del Marqués de Villafranca. Sede de la Real Academia de Ingeniería

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Continuando con el programa de actividades de tipo cultural que está llevando a cabo la A.E.P.T., el pasado miércoles 17 de septiembre se realizó una visita guiada a la sede de la Real Academia de Ingenieros, la primera y única creada bajo el reinado de S.M. Juan Carlos I, mediante un Real Decreto de fecha 29 de abril de 1994 a propuesta del Ministerio de Educación y Ciencia, y cuya sede se sitúa en parte de lo que en su día fue el Palacio del Marqués de Villafranca sito en la calle don Pedro número 10.

Los orígenes de este Palacio se remontan a comienzos del siglo XVII momento en el que don Pedro Álvarez de Toledo, Marqués de Villafranca, adquiere varios terrenos situados en la antigua calle de la Alcantarilla, una de las cavas cuyo su nombre ya nos indica su función, próxima a la antigua morería, al pie de la llamada muralla cristiana que cercaba Madrid desde el siglo XII, para, siguiendo el ejemplo de otras Casas Nobiliarias, levantar un Palacio cercano al antiguo Alcázar de los Austrias.

Tras pasar mediante herencias por distintos miembros de la familia, a la muerte de don Antonio Álvarez de Toledo en el año 1773 d.C. será cuando el Palacio alcanzará un gran esplendor tras el matrimonio de su hijo y sucesor don José Álvarez de Toledo con doña María Teresa Cayetana, la famosa Duquesa de Alba retratada por Goya, procediendo a realizar diversas reformas, antes de abandonar esta residencia para trasladarse al nuevo Palacio de Buenavista, en la Plaza de Cibeles.

No obstante su actual aspecto es obra de la familia Pérez-Seoane y Roca de Togores, Condes de Velle y luego Duques de Pinohermoso, los cuales adquirieron el Palacio a fines del siglo XIX d.C. y acometieron una profunda reforma para la que contrataron al reputado arquitecto y escultor don Arturo Mélida, cuya obra ha sido recuperada gracias a la actuación de la propia Academia tras haber acogido en los años sesenta del pasado siglo uno de los restaurantes más de moda en esos años, el “Puerta de Moros”, pasando, tras su cierre a acoger la sede de un organismo público, la Agencia Española del Aceite de Oliva (AAO), hasta que en el año 2005 d.C. Patrimonio del Estado lo cedió a la Real Academia de Ingenieros la cual acometió una profunda rehabilitación de sus dependencias cuyo resultado intentaremos plasmar en las siguientes imágenes.

Tras la presentación de la persona encargada de acompañarnos durante la visita, ésta dio inicio con la proyección de un reportaje, magníficamente realizado, sobre lo que significa la Ingeniería y los ingenieros en el desarrollo de las sociedades en un Salón de Actos que conserva una de las sorpresas que encierra este antiguo Palacio.

Se trata de un lienzo de cerca de 30 metros de longitud perteneciente a la antigua muralla cristiana de la Villa de Madrid, magníficamente conservada, y que en su día fue utilizada como muro de carga del propio Palacio.

Pero las sorpresas no terminan en ese lugar pues, un estrecho pasadizo nos conduce al encuentro de la segunda sorpresa, la visita a uno de los antiguos “viajes de agua” que servían para conducir las aguas subterráneas desde las zonas de captación hasta las fuentes públicas o, como parece ser en este caso, hasta los palacios nobiliarios.

Concluida la que podríamos denominar excursión al subsuelo del Palacio ha llegado el momento de visitar las salas y salones que en su día fueron decorados por Arturo Mélida y que la Real Academia de Ingenieros ha restaurado procurando recrear el estilo y el ambiente de la época.

Iniciamos la visita recorriendo la gran galería acristalada que sostenida por esbeltas columnas metálicas sirvió en los primeros años del siglo XX d.C. como Salón de Diario para sus propietarios, para continuar por la primera de las salas recuperadas, el antiguo comedor hoy transformado en una acogedora sala de espera pero que conserva el magnífico mobiliario diseñado por Mélida y realizado en madera de caoba.

La siguiente estancia corresponde al llamado “Salón de Baile”, también denominado por el color de sus paredes, “Salón Amarillo”, y en el que Mélida optó por una decoración estilo Luís XV, muy adecuada a los gustos estéticos de la época en la que predominan los detalles dorados en cornisas, molduras y otros elementos decorativos

La última dependencia visitada, dado que no nos fue posible acceder al conocido como “Despacho Renacentista” al estar ocupado por una reunión, es la actual Sala de Juntas, una amplia estancia presidida por una monumental chimenea el dintel de cuyas puertas está presidido por los escudos nobiliarios de la familia propietaria, los Condes de Pinohermoso.

Abandonamos esta estancia para dirigirnos hacia la gran escalera del antiguo Palacio, lugar en el que concluye nuestro recorrido, al frente de la cual campea el escudo nobiliario de los Pérez-Seoane y Roca de Togores, mientras en uno de cuyos muros cuelga un gran tapiz de factura francesa cuyo motivo se desconoce pero que posiblemente perteneciera a una serie historicista.

 

José María Duchel de Mumbert
Comité de Actividades y Captación de la Asociación Española de Profesionales de Turismo.

Ver descripción más amplia de la visita (con más fotografías) por José María Duchel de Mumbert
 

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