Universidades de turismo, renovarse o morir

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Aunque habría que diferenciar entre el turismo emisor y receptivo, el sector del turismo en general es esencial para nuestra economía, el turismo receptivo es considerado como el motor de la economía española y fundamental para la balanza de pagos, además las perspectivas de crecimiento futuro son optimistas. Sería lógico pensar que en una situación como la que vivimos, que España necesitara profesionales cualificados, ya que el turismo es un generador de empleo importante. Estos futuros profesionales, tendrían que formarse en las diferentes universidades españolas donde se imparten estudios de la carrera de turismo. Estos universitarios son necesarios para los diferentes puestos a cubrir, que son muchos en: agencias de viajes, hotelería, aviación, cruceros, marketing turístico…

¿Pero realmente estos universitarios salen preparados con la base suficiente para desempeñar medianamente las labores a las que se van a enfrentar?

La respuesta, en muchos de los casos, es categórica, NO. Pero analicemos los motivos:

España, desde los comienzos del turismo masivo en los años 60, 70…, y con la creación de la Escuela Oficial de Turismo y otras escuelas privadas, se formaron buenos profesionales, muchas veces los profesores transmitían sus propias experiencias ya que desempeñaban labores en la empresa privada turística.

También el turismo emisor crecía con el desarrollo económico que experimentamos, y los españoles comenzamos a viajar, ya no solo por España, sino que a partir de los años 80 también creció con salidas a otros países extranjeros, fue el auge de los tours operadores españoles: Iberojet, Club de Vacaciones, Turavia…, más adelante en los 90, Travelplan, Solplan y otro operadores.

Pero con el nuevo siglo, a partir del año 2000, comenzaron a cambiar las cosas, Internet entraba con fuerza y en aumento, las reglas del juego cambiaron y las formas de comercializar las ventas también. Mientras tanto las universidades españolas seguían con métodos de enseñanza obsoletos, salvo excepciones. Evidentemente, esta situación influye directamente en los profesionales que hoy necesitamos en España, las consecuencias, las estamos viendo a diario, universitarios que han estudiado turismo que están trabajando en otros puestos de trabajo, diferentes a lo que han estudiado y que ven su futuro incierto, evidentemente la situación de desempleo que se ha producido en España en estos últimos años de crisis económica influye directamente también en este sector. Pero es indudable, que la reputación de los universitarios que salen de la carrera de turismo no es la mejor en el sector del turismo, aunque es cierto que muchos salen con buena preparación académica en historia, geografía, …, que es buena y necesaria, la cultura importa; pero además de tener conocimientos culturales fundamentales, estos universitarios necesitan adaptarse a los tiempos que corren, y basar muchos de sus conocimientos en lo que está pasando, e Internet es protagonista principal, con todas sus aplicaciones al sector turístico. Datos aportados recientemente por la revista especializada Hosteltur (21/03/2014), indicaba que los servicios de las agencias de viajes y ocio (alojamientos, viajes…) ocupan la primera posición en las compras a través de Internet, con el 34 % del total de las compras online que se realizan en España.

Las Universidades españolas en las que se imparte la carrera de turismo, tendrían que haberse creado, sino lo han hecho ya, asignaturas especificas relacionadas con el turismo en Internet (marketing turístico online, Redes Sociales en el turismo…), nuevos productos turísticos emergentes, mercados exteriores…, es decir, asignaturas prácticas, que muchas de ellas solo las pueden impartir los profesionales que trabajan en este sector. Además, es fundamental concebir proyectos conjuntos entre empresas y universidades, planes prácticos a desarrollar entre los alumnos y los profesionales de las empresas, donde los alumnos puedan desarrollar su potencial y que estas experiencias les pueda valer para el futuro. Las prácticas actuales en las empresas son positivas, pero muchas veces adolecen de conocimientos y experiencias previas en la Universidad.